Chocan AMLO y Fitch por baja en la nota de Pemex



Para el presidente Andrés Manuel López Obrador la agencia calificadora Fitch Ratings, que degradó los bonos a largo plazo en dólares y pesos de Petróleos Mexicanos (Pemex), “es muy hipócrita”. 






Rolando Ramos y Yolanda Morales

“Es muy hipócrita, permitió el saqueo” 

Para el presidente Andrés Manuel López Obrador la agencia calificadora Fitch Ratings, que degradó los bonos a largo plazo en dólares y pesos de Petróleos Mexicanos (Pemex), “es muy hipócrita”.

A pregunta específica sobre la baja en las calificaciones de la empresa productiva del Estado, el mandatario dijo que la agencia, que permitió el saqueo y avaló la reforma estructural en materia energética, sabe que el hecho de que no llegó la inversión extranjera y no se incrementó la inversión en Pemex fue lo que produjo la caída en la producción petrolera.

“Nunca dijeron nada. Guardaron un silencio cómplice y ahora que estamos recuperando a Pemex salen con sus recomendaciones o tratando de calificar sobre el desempeño de Pemex. Los inversionistas con ética saben muy bien que Pemex es una empresa sólida porque ya está manejada con honestidad”, expresó.

Desde Palacio Nacional, López Obrador preguntó si acaso la calificadora tomó en cuenta, al emitir su nota, la variable del combate al robo de combustibles emprendido por su gobierno o el hecho de que ya no se devuelven impuestos a los empresarios que lo solicitan.

“A ver, ¿la calificadora ha tomado en cuenta, como dicen los tecnócratas, esta variable?”, manifestó con sorna.

Su gobierno, aseguró, fortalecerá a Pemex y las finanzas públicas.

“¡Claro que no les gusta! Imagínense, si imponen una política económica, 36 años se dedican a saquear, a robar, a empobrecer al pueblo, y luego hay un cambio, pues están molestos, inconformes y tratan de desprestigiarnos, cuando ahora México tiene mucha fortaleza por su autoridad moral en el país”, expuso.

Se jactó de que los mexicanos están orgullosos de que su gobierno combata el fenómeno de la corrupción, “y en el mundo somos un ejemplo por lo que se está haciendo de no permitir la corrupción”.

En opinión de López Obrador, hoy Pemex está mejor que en los últimos 30 años porque su principal problema era la corrupción; “fue una empresa saqueada durante el periodo neoliberal, de las empresas más saqueadas y con más corrupción en el mundo.

“Y se esmeraron estos tecnócratas corruptos en destruir a Pemex, pero por fortuna, como una bendición, el pueblo de México decidió que se llevara a cabo un cambio para sacar al país de la crisis, para acabar con la corrupción y para rescatar a Pemex. Y lo vamos a lograr. Por eso Pemex tiene mucha fortaleza. No les alcanzó a estos ambiciosos para terminar de destruir a Pemex. Sólo pudieron entregar 20% de su potencial, que significa la riqueza petrolera de la nación”, refirió.

A otra pregunta sobre si no le importa al gobierno federal la baja en las calificaciones de Pemex, reportada por Fitch Ratings, respondió: “Sí nos importa, pero no son jueces que sean infalibles los técnicos de las calificadoras y tenemos el derecho a disentir (...) Vamos bien. Ellos no están considerando una serie de factores que para nosotros son fundamentales”.

Las calificadoras sabían, aseguró, que la ley para permitir la entrega de contratos a particulares establece que este año se iban a producir 3 millones de barriles de petróleo diarios, lo que no sucedió.

“¿No sabían eso los técnicos de las calificadoras? ¿Creyeron eso o fueron cómplices del engaño?”, dijo el mandatario.

La calificadora responde 

“Sí se ha señalado la corrupción, en soberana” 

ante Las críticas que hizo el presidente de México a Fitch Ratings por no haber incorporado en sus análisis pasados el costo de la corrupción en Pemex y en la economía, Shelly Shetty, analista soberana de Fitch, afirma que “la agencia sí ha realizado observaciones sobre la corrupción, violencia e inseguridad, así como la debilidad institucional de México, consideraciones que están reflejadas en el techo de la calificación soberana”, es decir, en la nota que tiene México.

Entrevistada por El Economista, dice que estos tres factores: la corrupción, violencia e inseguridad “han limitado por años la posibilidad de que suba la calificación soberana y rebase el tercer escalón del grado de inversión ‘BBB+’”, donde se encuentra.

Desde Nueva York, explica que la calificadora ha evidenciado la caída en la producción de Pemex, la reducción de reservas para invertir y si la evolución de la estrategia financiera le otorga un nivel sostenible de inversión de capital (Capex) que le permita restituir sus reservas y estabilizar su producción.

Lenta reacción 

Shetty refiere que la “lenta reacción (del gobierno) para fortalecer la viabilidad de la compañía también está incorporada en el recorte que llevó a la nota de los bonos de Pemex de ‘BBB+’ a ‘BBB’”con perspectiva negativa.


Destaca que pese al recorte, mantiene el grado de inversión, que indica que cuenta con los recursos para honrar sus obligaciones y el respaldo del gobierno para apuntalarla.

No obstante, recuerda que, de manera individual, Pemex tiene una calificación que es “CCC”, un escalón que claramente está en niveles especulativos e indica el deterioro del perfil crediticio, resultado de una generación negativa persistente del flujo de fondos libres y una subinversión en exploración y producción.

Sin afectar al soberano 

Shetty expone que hasta ahora la situación financiera de Pemex no ha demandado una inyección de recursos que ponga en riesgo o presione la situación fiscal del sector público.

Pemex es una de las empresas públicas más relacionadas con el desempeño del soberano y es considerable la contribución fiscal que ha hecho por años al gobierno, explicó. “En la agencia mantenemos la previsión de que el gobierno garantizará la sólida posición de liquidez de la empresa”.

Advierte que continuarán revisando la situación, su viabilidad financiera y la capacidad de reacción y diagnóstico del gobierno. “Mientras se mantenga en el grado de inversión significa que es capaz de honrar sus pagos y pensar que aún puede acudir al mercado y que no es un problema para el soberano”.









El Economista







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