Luis Alonso Pérez
Más de 258 mil menores de edad nacidos en Estados Unidos, hijos de padres mexicanos, no cuentan con documentos que acrediten su nacionalidad mexicana, a pesar de que viven dentro del territorio nacional, reportó el Prontuario sobre migración mexicana de retorno 2017, de la Secretaría de Gobernación (Segob).
Estos menores, llamados binacionales, son el resultado, tanto de la migración de mexicanos al vecino país del norte con fines laborales o de reintegración familiar, como del constante flujo transfronterizo que se genera entre las ciudades de la frontera norte de México y el sur de Estados Unidos.
Es por esto que cerca de 60 por ciento de éstos residen en los cinco estados de la frontera norte, y el resto en cuatro entidades consideradas de mayor tradición migratoria: Jalisco, Zacatecas, Guanajuato y Michoacán, destaca el Prontuario.
Al haber nacido al norte de la frontera, precisa el documento, los menores cuentan con la nacionalidad estadounidense, mientras que el ser hijo de al menos un mexicano, les da derecho a poseer la nacionalidad de uno de sus progenitores.
“La difícil situación económica que ha atravesado la economía de Estados Unidos y la reciente implementación de políticas migratorias hacen que sea cada vez más frecuente el retorno de los mexicano migrantes, acompañados por sus hijos”, detalla el texto.
El problema que enfrentan es la falta de documentos que comprueben su nacionalidad mexicana, como la Clave Única de Registro de Población (CURP), o un pasaporte, pero para obtenerlo, el menor debe haber tramitado su doble nacionalidad ante la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Para la Segob, la presencia de estos menores en México genera un desafío importante para el gobierno federal y los gobiernos estatales, en términos de creación de políticas públicas para su atención.
En materia educativa requiere de estrategias para la revalidación de estudios, así como campañas para evitar la deserción escolar, programas de becas y de incorporación laboral para los alumnos de bachillerato.
En lo que respecta a la salud se requiere incrementar el acceso a los servicios públicos, considerando la atención a la salud física y mental, además de la atención especializada a víctimas de violencia, y de pro- gramas de tratamiento y rehabilitación de adicciones.
“El mayor reto como sociedad y gobierno es la integración de la población binacional que conoce muy poco o nada de la vida cotidiana de un país que le puede resultar ajeno y que, sin embargo, es parte de sus raíces”, señala el reporte de la Segob.
El Heraldo de México.
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