Principales Artículos de Opinión Nacional.










El día que Anaya pidió Coahuila 

Salvador García Soto 
Era domingo 4 de junio por la noche; los resultados de los comicios locales en cuatro estados fluían ya en conteos rápidos que confirmaban el triunfo del PRI en el Estado de México, el del aliancista, Antonio Echavarría en Nayarit, y en Veracruz el reparto de municipios importantes entre Morena y el PAN. Sólo Coahuila estaba en suspenso por el sospechosamente lento PREP del Instituto Estatal Electoral. Pasaba de medianoche cuando en Los Pinos Enrique Peña Nieto estaba reunido con un grupo cercano revisando los resultados electorales; había euforia por las noticias que llegaban de Toluca e incertidumbre por lo que vivía Saltillo, pero los números que le daban al presidente decían que había ganado Miguel Riquelme. Testigos presenciales de aquella reunión cuentan que casi a la 1 de la mañana llegó a esa reunión en Los Pinos Enrique Ochoa Reza. Cuando entró a la oficina donde estaban reunidos, el dirigente del PRI se dirigió al presidente con un mensaje “urgente” que todos escucharon: “Ricardo Anaya propone que le entregue Coahuila a cambio de que el PAN ya no haga ruido en el Estado de México, acepte el resultado y dejar solos a Andrés Manuel López Obrador y a Morena en sus denuncias”. 

La propuesta causó extrañeza entre los asistentes y el primero en reaccionar fue Peña Nieto: “¿Qué, y eso por qué. Está loco. A ver Poncho, qué números tenemos”, preguntó el presidente a Alfonso Navarrete Prida y quien había sido designado “responsable político” de las elecciones en Coahuila por el mismo presidente. “Nuestros números están claros, ganó Riquelme con 2.5 por ciento”, respondió el secretario del Trabajo con copias de actas en mano. “Que se vaya a la chingada, no tenemos por qué negociar nada”, cerró la discusión el presidente. Los asistentes a esa reunión ya no cuentan qué hizo después Ochoa Reza, pero es muy probable que haya llamado por teléfono para transmitirle al dirigente del PAN la contundente respuesta que le mandaban desde Los Pinos. Se cerraba así el intento de “concertacesión” panista por Coahuila y eso llevaría a la dirigencia de Anaya a endurecer la posición para “pelear hasta el final” por esa gubernatura, a partir de las irregularidades que lograron documentar en las campañas, entre ellas el gasto excesivo del candidato priísta. Rechazados en la negociación, el CEN del PAN se volcó con abogados y expertos a documentar violaciones del PRI en Coahuila, al tiempo que Anaya y panistas de alto nivel salían a cuestionar, en “la elección de Estado” en el Estado de México y a anunciar impugnaciones al triunfo de Del Mazo. En los días posteriores y hasta el 12 de junio, anunciaron que impugnarían las elecciones mexiquenses con “juicios de inconformidad” e incluso llegaron a hablar de “pedir la anulación”, algo que finalmente no se solicitó formalmente. Hoy, lo que no logró por negociación, Anaya está a punto de lograrlo por la vía legal. El reciente dictamen de la Unidad de Fiscalización del INE, validado ya por el Consejo General, confirmó el rebase de topes de gasto del priísta Miguel Riquelme por 7.9%, abre la puerta para la anulación de esos comicios, aunque falta saber si el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a donde impugnará el PRI los criterios del INE, declara la nulidad del proceso en las siguientes semanas. La pregunta es si los magistrados confirmarán los criterios del INE y el revés a Peña y al PRI, con lo que algunos piensan se fortalecería la cuestionada imagen del instituto y sus consejeros electorales de cara al 2018 o si darán la razón al partido del presidente, validando la elección en Coahuila, con lo cual también mandarían todo un mensaje para las presidenciales del próximo año.

NOTAS INDISCRETAS…Donde celebraban la llegada de John Kelly como jefe de la Oficina de la Casa Blanca es en Bucareli. Y es que el ex secretario del Interior trabó buena relación con el secretario de Gobernación, Miguel Osorio, en los cuatro encuentros que han tenido los dos funcionarios. Desde la primera vez que se vieron en la Ciudad de México, el 23 de febrero pasado, los dos coincidieron en sus posiciones a favor de la coordinación y seguridad en la frontera, no a partir de políticas coercitivas, como el muro, sino promoviendo el desarrollo social y económico en la región. Así que en Bucareli ven un nuevo aliado en la Casa Blanca para atemperar los embates agresivos de Donald Trump, pero también para fortalecer al secretario Osorio en sus proyectos políticos ¿Será?... A propósito de aliados, el encuentro de ayer entre Rafael Moreno Valle y Silvano Aureoles en Morelia va más allá de expresar sus acuerdos para impulsar juntos el Frente Amplio Democrático; el panista y el perredista, dicen, están haciendo una alianza para apoyarse mutuamente a que sea uno de ellos quien encabece ese frente como candidato, y la lógica dice que sería Aureoles el que impulse a Moreno Valle… Giran los dados. Serpiente. Mal comienza la semana.






La costumbre de la violencia

Leo Zuckerman.

La ciudadanía está como anestesiada. No reacciona. No sale a las calles a protestar. No presiona a las autoridades. No se queja públicamente

Todo indica que 2017 será el año más violento que ha vivido México desde que comenzaron a llevarse estadísticas delictivas en el país a finales de los años noventas. Más violento que en 2004, cuando la ciudadanía salió a protestar por la inseguridad en marchas multitudinarias. Más violento que el peor año de la guerra en contra del crimen organizado del presidente Calderón (2011). Se están rompiendo los récords de homicidios, secuestros, extorsiones, robos con arma de fuego, asaltos a viviendas, robos de automóviles. Y sin embargo, la ciudadanía está como anestesiada. No reacciona. No sale a las calles a protestar. No presiona a las autoridades. No se queja públicamente. ¿Acaso ya nos acostumbramos a la violencia?

El problema está más que diagnosticado. Si algo han dejado estos años de tanta criminalidad es un grupo de expertos serios que, con base en evidencia empírica, han explicado las raíces de la violencia. Son, desde luego, muchas las variables involucradas. Pero la que más peso tiene es la impunidad. Como en México no se castiga a los que violan la ley, los incentivos para delinquir son altos. Luego entonces, el país requiere fortalecer toda la cadena de procuración de justicia criminal: policías, fiscales, jueces y cárceles.

A la distancia, hoy sabemos que fue un gran error del entonces presidente Calderón el declarar la guerra al crimen organizado. No tenía los recursos para enfrentarla. En su lugar, sacó a las Fuerzas Armadas de los cuarteles para realizar labores policiacas por todos los rincones del país (gobiernos anteriores utilizaron al Ejército y la Marina para ciertos operativos, sobre todo relacionados con el narcotráfico, pero nunca de manera generalizada). Soldados y marinos no estaban capacitados para ser policías. Están entrenados para matar. Eso es lo que hicieron generando aún más violencia. Las estadísticas no mienten. Calderón se lanzó a la guerra en 2007, el año más pacífico de la historia reciente del país. En menos de cuatro años, el país estaba en llamas.

Hay que reconocer, sin embargo, que Calderón, a la vez de utilizar a las Fuerzas Armadas, también fortaleció uno de los eslabones de la cadena de justicia criminal: la policía. El mejor legado de su Presidencia fue la Policía Federal que no sólo creció en número, sino en sus capacidades policiacas.

La violencia comenzó a bajar en 2011. En 2012, los mexicanos elegimos a un nuevo Presidente que le bajó el perfil al tema de la inseguridad pública. La realidad se lo permitió porque el problema parecía que estaba resolviéndose. Peña, intencionalmente, dejó de hablar del tema, dando a entender su baja prioridad. En la práctica, continuó con la decisión de tener a las Fuerzas Armadas en labores policiacas y, a la par, descuidó el fortalecimiento del sistema judicial criminal. Desapareció la Secretaría de Seguridad Pública y la integró a Gobernación, politizando así, a la Policía Federal. Ésta ya no creció ni en número ni en capacidades policiacas. El gobierno supuestamente le apostó a una mayor “coordinación” con los estados para combatir la criminalidad. Resultó pura retórica.

La violencia, sin embargo, dio un giro en 2014. Volvió a crecer de tal suerte que actualmente estamos peor que en 2011. Hoy es posible concluir, con tristeza, que el de Peña fue un sexenio perdido en combate a la criminalidad. Peor aún, si seguimos así, a diferencia de las elecciones presidenciales pasadas, vamos a llegar al 2018 con una tendencia al alza.

¿Y dónde están los ciudadanos en esta sombría realidad?

Es cierto que hoy existen múltiples organizaciones de la sociedad civil especializadas en el tema. Pero no podemos quedarnos sólo ahí.

Peor aún, percibo un creciente individualismo en torno al problema. Si el Estado no puede proveer seguridad, los individuos buscan soluciones por su cuenta. En los vecindarios ricos y de clase media proliferan los guardias privados cada vez más armados. Hoy se les ve hasta con ametralladoras y feroces perros. Como siempre, los más pobres, que no tienen recursos, son los más afectados. Algunos se organizan en su barrio en patrullajes vecinales para cuidar los pocos bienes que tienen y ejercen, cuando pueden, la justicia con sus propias manos.

Así no se va a resolver el problema. Sólo la organización y presión social obligará al gobierno a desarrollar un sistema de justicia penal que castigue a los delincuentes. La impunidad genera violencia, una violencia que cada día se está tornando más en algo normal, cotidiano, rutinario; una costumbre más del paisaje mexicano.






¿Repetirá AMLO la historia?


Los partidarios de Andrés Manuel López Obrador deberían estar muy preocupados.

Asoma cada vez con más claridad el temperamento que hizo perder al entonces candidato del PRD en 2006 una elección que pudo haber ganado con holgura.

Van sólo algunos datos para la memoria.

En agosto de 2005, a poco menos de un año de la elección, López Obrador tenía una ventaja de 10 puntos frente a su contendiente más cercano, en ese entonces Santiago Creel. Aún en febrero de 2006, mantenía esa ventaja de 10 puntos ya frente a Felipe Calderón. Pero, en abril de ese año, a poco más de un par de meses de la elección iba ya ligeramente por debajo del candidato panista.

Uno de los factores que motivó la erosión de la ventaja de AMLO fue su actitud agresiva e intolerante que asustó a votantes de centro-izquierda, que se habían inclinado por él en los meses anteriores.

Viene a colación este recuento porque la actitud asumida por el presidente de Morena en el caso Tláhuac –como ocurrió previamente en el de Eva Cadena, y que quizás le impidió el triunfo en el Estado de México– puede costarle votos y hacerle perder el primer lugar en el que hoy marcha en la mayoría de las encuestas.

La más elemental racionalidad política hubiera recomendado una actitud de fuerte crítica a los responsables de que en Tláhuac proliferara el narcomenudeo y haber exigido una investigación, demandando que se castigara a cualquiera que fuera responsable de contubernio con el crimen organizado independientemente de su filiación partidista.

No le hubiera costado absolutamente nada y lo hubiera posicionado como político responsable.

En lugar de ello, criticó el viernes pasado a los que demandan investigar al delegado: “es un asunto que tiene como propósito manchar a Morena, porque están muy nerviosos por su crecimiento… quieren reeditar lo de la señora Eva (Cadena), están muy nerviosos los de la mafia del poder”.

Esas declaraciones de AMLO reciben aplausos de sus partidarios. Pero, para los electores indecisos, que eventualmente votarían por AMLO como opción para cambiar el sistema político, la estrategia no funcionará si al final se fincan responsabilidades a Rigoberto Salgado, pues quedará de manifiesto que AMLO tolera a corruptos o aun mafiosos en su entorno.

Como en el camino a las elecciones de 2006, a veces pareciera que el propio gobierno federal puede ser el mejor propagandista de AMLO.

Pero también hay algunos en el PRI, PAN y PRD, que ya aprendieron la lección del 2005-06 y saben que, orillando a AMLO a exhibirse, él sólo se desacredita con electores que no son sus partidarios incondicionales.

La prueba para verificar si el PRI aprendió las lecciones se mostrará enla Asamblea que tendrá lugar la segunda semana de agosto.

Si se abre la puerta a que los ciudadanos sin partido sean candidatos, incluso a la presidencia, mostrarán que todavía quizá puedan competir en 2018.

Si no es así, entonces le habrán puesto otro escalón al camino de AMLO a la presidencia, apostando a que habrá de tropezarse solo.

MANLIO
Del círculo muy cercano de Manlio Fabio Beltrones nos aclaran que él, en ningún momento, ha pretendido limitar la prerrogativa histórica del presidente de la República para determinar al candidato presidencial del PRI, como lo comentamos en este espacio el jueves. Vale la aclaración.






2018. Los promiscuos al poder


Juan Manuel Asai.
A veces, cuando reviso los diarios, echo de menos las ideologías.

Asumo que suena a reflexión de viejito, pero era más sencillo comprender el mundo, en particular el quehacer político, cuando sabías que había ciudadanos, agrupados en partidos políticos, que compartían un conjunto de creencias, una manera de ver la realidad, una forma de estar en el mundo. La geometría política era nítida, no había lugar para las confusiones. Eras de izquierda o de derecha, liberal o conservador, pro socialista o capitalista.

Hoy todo eso es como la televisión en blanco y negro: una rareza estrafalaria. Qué tiempos aquellos. Lo de hoy, lo que está de moda, es la promiscuidad política. Ubicarse a la izquierda o la derecha del espectro político perdió sentido. La confusión deprime. Se puede ser de izquierda, estar a favor de la igualdad de género, del derecho a decidir de las mujeres, de los matrimonios igualitarios, estar en contra de la reforma energética y, a la hora buena, en las urnas, por decisión de las dirigencias partidistas, votar por un tipo de derecha casi extrema como Moreno Valle o Yunes.

Los partidos ya no son esa parte de la sociedad que piensa de determinada manera. Ahora son grupos de ciudadanos que quieren intensificar su experiencia de poder sin importar qué tipo de gobierno harán cuando asuman los cargos. La situación se acerca al paroxismo. Alcanzará su punto culminante en la elección del 2018, donde los promiscuos de la política intentarán el asalto al poder federal. Hemos llegado a extremos patéticos. Hace unos días, el todavía dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa, anunció que el tricolor buscará al Partido Verde y a Nueva Alianza para crear su frente electoral para el 2018. Horas después, Alejandra Barrales, del PRD, anunció que esta misma semana buscará a los jefes del Verde y Nueva Alianza para sumarlos al Frente Amplio Opositor.

¿Qué significa esto? Que a los partidos les da igual irse con melón o con sandía, que su forma de estar en el mundo, lo que alguna vez se llamó ideología, hoy es simple apetito de poder. El Partido Verde votó hace poco tiempo a favor de la reforma energética que promovió el PRI. Si se acerca al PRD, que votó en contra de esa reforma, cuál será su posición sobre la modalidad de explotación de los hidrocarburos. La verdad, desalentadora, es que no tiene ninguna posición, que el tema les vale gorro, y solo están atentos a ver qué partido les ofrece más posiciones de poder. El caso extremo, lo sabemos todos, es la alianza PAN y PRD que ha sido eficaz en diferentes procesos electorales y que se perfila para contender como Frente en el 2018.

¿De verdad no importa su ideología? ¿A los panistas que quieren penalizar el aborto y criminalizar a las mujeres que lo practican no les importaría votar por un perredista que está a favor de la interrupción legal del embarazo? Si les da igual el diseño de la competencia política, como la vemos hoy día, sale sobrando, está de más, es cara y absolutamente disparatada. El 2018 pinta como una fiesta política swinger llevada a sus últimas consecuencias. A nadie le importa con quién se enreda, siempre y cuando salga ganando algo de dinero y de puestos políticos. Si piensa igual que yo, o ve la vida de una manera diametralmente diferente, no importa, lo que cuenta es algo que tenemos en común: apetito de poder.
A veces, cuando leo los diarios, echo de menos las ideologías. ¿Usted no?
@soycamachojuan





Fue ilegal el despido de Carmen Aristegui


Crece el (aparente) superávit comercial con EU

Primer hospital digital del IMSS
Enrique Galván Ochoa






Un juez civil declaró ilegal la cancelación del programa radiofónico de Carmen Aristegui por MVS, al considerar que a la empresa de Joaquín Vargas no le asistía la razón ni el derecho para interrumpir la transmisión de Noticias MVS, Primera Emisión. En su sentencia, el juez 14 de distrito en materia civil de la Ciudad de México, Guillermo Campos Osorio, concluyó que el pretexto utilizado por la radiodifusora para terminar anticipadamente el contrato con Carmen Aristegui fue el anuncio del lanzamiento de la plataforma Méxicoleaks, sin que en ello hubiese existido conducta ilegal, ni de la conductora ni de sus colaboradores. La razón, no el pretexto, eso no lo dice el juez por supuesto, fue la publicación de la historia de la Casa Blanca de la familia presidencial. El camino ha sido peligroso, áspero, pero Carmen Aristegui ganará al final. Mientras tanto, su programa Aristegui Noticias, difundido por Internet (YouTube y Facebook), porque las estaciones de radio la tienen en el congelador, se afianza todos los días.

El déficit que enoja a Trump

Si damos como verídicas las cifras de la Oficina del Censo de Estados Unidos, México desplazó a Japón y Alemania en términos del superávit con su país en los primeros cinco meses de 2017. La exportación de automóviles ha contado poderosamente. De enero a mayo, el saldo a favor de México fue de 30 mil 328 millones de dólares, en tanto que el de Japón se ubicó en 28 mil 395 millones y el de Alemania fue de 25 mil 48 millones. Ufff. Las cifras le van a echar a perder el desayuno al señor Trump. Sobre todo si suma el déficit con China, que alcanzó 138 mil 89 millones de dólares. Los consumidores estadunidenses prefieren los productos fabricados en otros países. Sin embargo, en el caso de México, habría que tomar en cuenta que son estadunidenses las empresas que exportan desde México. Aquí fabrican o maquilan sus productos porque la mano de obra es más barata. Pero sus utilidades regresan, en muchos casos, y en buena medida, a Estados Unidos. Por otro lado, si el gobierno mexicano continúa asfixiando a Pemex e importando gasolina, gas y hasta petróleo crudo, con el paso del tiempo el déficit se convertirá en superávit.

IMSS, hospital digital en Colima

El fin de semana fue la inauguración operativa por el director general del Instituto, Mikel Arreola, del primer hospital digital del Instituto en Colima. Ya lo había inaugurado antes el presidente Peña Nieto. Cuenta con los equipos de una clínica de primer mundo. Lo más notable es la sala de tomografía. Va a salvar muchas vidas. Un diagnóstico temprano de cáncer es la diferencia entre la vida y la muerte. También es notable el equipo de telemedicina.

Gato por liebre

Vecinos que interpusieron un juicio de amparo contra la Línea 7 del Metrobús sobre Paseo de la Reforma, refutaron los argumentos del Gobierno de la Ciudad de México respecto a los beneficios ambientales y de movilidad de los nuevos autobuses de doble piso. Eduardo Farah, Mauricio Soto, Víctor Juárez y Gustavo García, calificaron como una mentira que los autobuses vayan a mejorar el servicio de transporte público. Funcionan a base de diésel, cuando esta tecnología ya va quedando obsoleta, sustituida por unidades que operan con electricidad, y por supuesto, generan cero emisiones de gases tóxicos. Cuestionaron, además, que esos automotores no tienen la potencia para realizar el recorrido cuesta arriba hasta Santa Fe, lo que requerirá que al menos 120 autobuses ordinarios presten el servicio hacia esa zona de la ciudad. El grupo de vecinos lamenta la falta de información relativa a la tarifa que se establecerá en esta ruta. Por los dichos de distintas autoridades, será mayor a las actuales. Acusaron también que el segundo piso no admite acceso a personas con discapacidad. En otras palabras, es un negociazo del presidente de la Coparmex de la Ciudad de México, Jesús Padilla. Ya es el franquiciatario del corredor Insurgentes y ahora quiere apoderarse también del Reforma, con la participación de funcionarios del gobierno perredista de la capital.


Ombudsman Social

Asunto: Cristina Pacheco

Me parece una injusticia que nadie hable de cómo la señora Cristina Pacheco, cada domingo nos obsequia un cuento corto de su autoría. Tiene años haciéndolo y nadie siquiera la felicita. Me da la impresión que sólo ponemos atención a la nota roja política. Felicidades, Cristina Pacheco, también usted merece ser premiada.

Jesús Daniel Valdez Cadena/Ciudad Obregón

R: Cristina Pacheco tiene una legión de lectores y admiradores. La Jornada no sería lo mismo sin su cuento corto dominical. Aquí va un mega aplauso.





Venezuela y populismo: un oscuro aleteo del destino 


Rubén Cortés 

Somos privilegiados: ese misterioso “taller de Dios”, como llamó Goethe a la historia, nos pone como testigos de la implantación de una dictadura sangrienta en la esquina del continente, cuando creíamos que Pinochet, Videla, Bordaberry eran una fatalidad sin retorno en una región ya civilizada. Nicolás Maduro desmanteló ayer la democracia en Venezuela con una votación amañada de acarreados y matando a 15 personas, en una jornada que denominar “electoral” es un insulto a la libertad, y a más de un centenar de opositores asesinados por sus militares y esbirros desde mayo pasado. Cierto. También presenciamos otra dictadura en nuestras narices: la cubana. Pero ésta no asesina a su pueblo. El sistema de gobierno en que derivó la revolución de 1959 se basa en el miedo, con su gente de espaldas al mundo, sumergida en el aislamiento informativo, inmovilizada por el terror. La dictadura cubana se finca en un control social que convierte a los ciudadanos en “no personas”: dueña del registro civil, la salud, la educación, el empleo, el servicio militar, la prensa, las empresas y eliminando cualquier institucionalidad civil, religiosa o cultural que pudiera sustituir al Estado. Es una dictadura similar a la cubana a lo que aspira Maduro, masacrando primero ante el mundo a sus opositores, y con la imposición ahora de su Constituyente, que lo ungirá como presidente e integrada por 545 candidatos miembros de su partido, aliados o simpatizantes. Maduro prohibió el registro de candidatos cuyas propuestas fuesen contrarias al socialismo y a la economía comunal que preconiza su gobierno, sin libertad de expresión, de movimiento o empresa y otorgando al Estado el dominio absoluto de todas las instituciones. Desde que fue elegido presidente, Maduro fue imponiendo su dictadura a una sociedad adormecida desde antes por el populismo de Hugo Chávez, quien dividió a los venezolanos llamando a unos “pueblo” y a otros “oligarcas”, como hace aquí AMLO con el “pueblo” y la “mafia del poder”. Porque no se puede olvidar que los electores venezolanos votaron por Maduro el 20 de abril de 2013, cometiendo un suicidio histórico y cancelando su vocación democrática. Los venezolanos le creyeron a Maduro, como hoy la mayoría de mexicanos cree en AMLO. La dictadura total es imprescindible para Maduro, después de que Chávez incubara el huevo de la serpiente separando para siempre a la sociedad venezolana con base en campañas de odio al más puro estilo fascista: los “burgueses” (como para Hitler los judíos) tenían la culpa de todo. Una basura cimentada por Chávez sobre un auge del consumo similar al que vive hoy México, y gobernando a través de una amplia coalición de oficiales del ejército coludidos con el narcotráfico colombiano, y políticos e intelectuales de extrema izquierda. Chávez le sirvió la mesa a Maduro, con 14 años de controles a la prensa y la economía, expropiaciones de empresas privadas nacionales y extranjeras (entre ellas las mexicanas Gruma y Cemex) y la confiscación de más de mil 500 pequeños negocios y granjas de campesinos.

Maduro hizo el resto con una libreta de racionamiento y un control de precios que provoca escasez y angustiosas filas para comprar pan. Su PIB se contrajo 35 por ciento y la producción de petróleo cayó medio millón de barriles diarios. ¿Resultado?: cuatro de cada cinco hogares son pobres. Sí, somos privilegiados al atestiguar, en Venezuela, la implantación de una dictadura a través del populismo, con candidatos que usan la democracia para llegar al poder y destruir después el Estado de Derecho… al amparo de la propia democracia. Esta izquierda radical que polariza a la sociedad y logra que ésta se harte de las reglas del juego político democrático (al igual que consigue Morena en México) no puede, en cambio, afianzarse en el poder sin estatizar la economía, ni manipular las necesidades de las clases bajas y medias bajas. Quienes votaron ayer por la dictadura de Maduro fueron acarreados: los 4.5 millones de trabajadores de empresas del Estado o de organismos comunales, y temen perder su trabajo y las raciones de alimentos que reciben, por encima de la libreta de racionamiento. Ojo, pero tampoco olvidemos que el populismo no sólo abomina la libertad, con su control electoral, las expropiaciones y el chantaje a los trabajadores del Estado, que en 14 años aumentaron de 800 mil a 2.4 millones. También porque depende de una policía política que obliga a la gente a votar y se compone de soplones y matones armados. En Venezuela son los “colectivos en motos” que matan opositores. En Cuba, las “fuerzas de acción rápida”, que van de casa en casa amenazando que “si sales, te la cortamos”. Sería un error, sin embargo, que desde México observemos como algo ajeno lo que ocurre en Venezuela. El populismo alimenta a diario lo que Stefan Zweig describía como esos instantes “dramáticamente preñados de fatalidad”. Que aquí pueden ver la luz en apenas 335 días. 
Twitter: @ruben_cortes

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