El más paupérrimo

Oaxaca es actualmente el estado más pobre en función de los recursos y economía del país; y el más paupérrimo si lo comparamos con cualquiera de los estados de EU, Canadá o Europa, posición que finalmente ha alcanzado luego del saqueo y robo inmenso que perpetraron contra las arcas del estado Gabino Cue y todo su gabinete, individuos antes comunistoides o de izquierda convertidos hoy en lo que más odiaban: adinerados capitalistas y corruptos saqueadores propietarios de bienes e inmuebles obtenidos con transas, simulaciones y fraudes.

Somos, no solo por el saqueo de políticos, el estado más pobre, porque al estar constituidos por 570 municipios, todos los recursos se pulverizan al repartirse entre tantos pueblos, aldeas y caseríos, que además, están acostumbrados únicamente a pedir y no aportar. Las aldeas de Oaxaca tienen como norma política exigir al gobierno escuelas, hospitales, agua potable, carreteras, teléfono, internet, electricidad y rodo lo que se les ocurra, pero, cuando se requiere del uso de las tierras o recursos naturales de donde viven, ya sea para aprovechar minerales de una mina, el viento para aerogeneradores, agua que se va al mar para construir represas, o paso para el trazo de autopistas o carreteras, de inmediato se oponen alegando todo tipo de resistencia indigena o necedades que en síntesis son mezquindad. Somos el estado más paupérrimo porque a los oaxaqueños en general no les interesa la ciencia, la innovación ni competencia, acostumbrados a su nicho de confort, trabajan lo indispensable para comprar un caguamón e irse a echar a una hamaca, sin interés por leer, aprender o hacer algo útil. Si vemos las casas de los gringos, todos tienen herramientas o un taller en el garaje, hacen cosas, inventan, innovan y se afanan para el invierno, nosotros no, los oaxaqueños se lo pedimos a la virgen de Juquila, nos gastamos el dinero en la fiesta del pueblo, mayordomía o vela, en lugar de organizarnos para comprar maquinaria, equipo o herramientas que nos sirvan para mejorar nuestra calidad de vida, o más fácil, nos vamos EU como migrantes ilegales. Nos hundiremos más y de pobres vamos a ser paupérrimos, porque por un lado el gobierno se roba todo lo que puede y, por otro, nos oponemos a todo pretendiendo vivir como en el siglo XIX pero con los inventos e instrumentos electrónicos del siglo XXI que otros hacen y no tenemos ni idea de su funcionamiento, como póngidos frente a una computadora de la que solo saben apretar botones y sin comprender nada.

Opinión de Carlos R. Aguilar Jiménez